Es fundamental que, antes de acudir al banco, tengamos claro qué es aquello que nosotros necesitamos, un préstamo hipotecario o un crédito. Tener claro que más nos conviene y, por tanto, lo que queremos solicitar a la entidad bancaria. No debemos mostrarnos confusos cuando lleguemos al banco.
¿Qué es mejor, un préstamo o un crédito hipotecario?
Para poder tomar una decisión, ten en cuenta los siguientes factores:
- Será conveniente que solicites una hipoteca (o préstamo hipotecario), no un crédito, pues este último no podrás cambiarlo a otra entidad por un porcentaje, sin embargo, sí lo puedes hacer en el caso de la hipoteca.
- El préstamo está destinado a la adquisición de bienes de larga duración y, en la mayoría de los casos, son préstamos personales, que se conceden a particulares para uso privado.
- Por el contrario, los créditos son más útiles para los profesionales autónomos o empresarios porque suponen una ayuda para ellos ante las faltas de liquidez momentáneas y porque sus inversiones son en circulante. Es decir, invierten en bienes que se pueden volver a vender y, por tanto, generar una nueva inversión. También es mejor el crédito para aquellas personas con ingresos regulares que quieran disponer del capital según sus necesidades en cada momento.
- Tanto el préstamo como el crédito consisten en una prestación de fondos a un tercero durante un cierto período de tiempo, pero no son iguales. Un préstamo es el contrato por medio del cual, la entidad bancaria entrega al cliente una cantidad fija de dinero, obligándole a devolver ese capital más los intereses pactados de acuerdo a un calendario fijado de pagos.
Préstamo hipotecario
Suelen tener tipos de interés menores, aunque éstos tienen que ser pagados por la totalidad del importe concedido. La gestión y administración del préstamo hipotecario es más barata que el crédito y para el consumidor es más clara, desde el punto de vista de la aplicación fiscal o la previsión de cancelación. Dado que la amortización se realiza por cuotas regulares ( mensuales, trimestrales o semestrales), el cliente puede organizarse mejor y prever los pagos periódicos.
Para la concesión de un préstamo normalmente se exigen garantías personales o reales, pues las condiciones del préstamo se establecen en función de las garantías económicas del cliente, como la nómina y avales financieros.
Crédito hipotecario
En este tipo de préstamo, la entidad se compromete a poner a disposición del solicitante fondos hasta un límite y bajo unas condiciones y un plazo que deberán fijar en el contrato. Los intereses se pagan por las cantidades empleadas y no por todo el dinero puesto a disposición del cliente, ya que éste no está obligado a utilizar todo el dinero que abarque el crédito. Así, el resto del capital sigue disponible en la cuenta de crédito sin devengar intereses hasta que no sea utilizado. Los movimientos realizados por el cliente se verán reflejados en una cuenta corriente.
Una ventaja que presentan los créditos es que, al finalizar su contrto, existe la posibilidad de renovación y ampliación del límite disponible. Además, se pueden renovar cuantas veces se necesite, así como cancelar parte de ellos o la deuda total cuando se desee, lo cual permitirá reducir el pago de los intereses.
Entre los inconvenientes de este producto, destaca el hecho de que sea más caro que el préstamo hipotecario y que el plazo de amortización es mucho más corto. Por otra parte, el crédito tiene unas comisiones que no existen en el caso de las hipotecas y es la comisión de disponibilidad, que se calcula sobre el saldo no dispuesto según unos vencimientos y el motivo por el que se suman a los créditos es que el banco está reteniendo unos fondos para cliente que no le reportan ningún beneficio. El motivo principal por el que existen estas comisiones es para evitar que el solicitante pida un crédito por una cantidad más elevada de lo que realmente necesita.