San Sebastián presume de ser una ciudad señorial, con estilo y de edificios clásicos y elegantes. Si te pilla cerca, es de obligado cumplimiento callejear por las limpias y distinguidas calles de Donosti que atraviesan el río Urumea.
Te resultrará muy agradable pasear por las maravillosas playas de San Sebastián a la orilla del Cantábrico. Podrás recorrer las tres playas de la ciudad tranquilamente en una mañana. El Peine de los Vientos de Ondarreta, la famosa barandilla de la Concha o los surfistas que planean sobre las olas de Zurriola. Tres playas, tres paisajes.
Al finalizar el paseo a la orilla del mar, observarás el Museo Kursaal. De noche, las espectaculares luces del edificio te sorprenderán. Tómate tu tiempo para fotografiar el paisaje, merece la pena pararse a disfrutar de las vistas.
Adéntrate en el casco antiguo de la ciudad vasca, repleto de bares y restaurantes. Callejear por las estrechas y peatonales calles, tomarse unos pinchos y unos txikitos (un vaso de vino) mientras haces un descanso son algunos de los placeres con los que deleita Donosti. El centro de la parte vieja está en la Plaza de la Constitución. Los números que se ven en los balcones de las casas son de la época en la que allí se celebraban corridas de toros. El casco viejo se abre hacia el puerto y el mar donde podrás encontrar el Acuario y el Museo Naval.